El vecino de Villaseco Alfonso Roldán Marcos, que desapareció el mediodía del pasado viernes del pueblo sin dar señales de vida ni aviso ninguno a sus familiares, regresó por su propio pie hacia las ocho de la noche del sábado después de que la población le hubiera buscado y rebuscado por buena parte del término sin resultado positivo alguno.

Ayer decía «quejarse un poco de la cabeza y del pecho», según precisó su madre Pascuala Roldán, que apuntaba a que las dolencias pudieran deberse quizás a las frías temperaturas que el hijo tuvo soportar durante las muchas horas que pasó en el campo, especialmente las gélidas de la noche.

No obstante, por tarde ya dejó verse por el pueblo, como de costumbre, y en compañía de un vecino se presentó en el club de jubilados donde todos los presentes pudieron verle en persona y expresarle su enhorabuena por el final feliz de un episodio que, en principio, resultó preocupante.

«Tomaría un café o una fanta, que es lo que suele tomar», afirmaba un vecino, que precisamente ayer no acudió al centro.

Alfonso Roldán también tuvo su eco en la santa misa celebrada por la mañana en el templo, en esta especial jornada oficiada por el vicario Juan Luis Martín Barrio, natural de Villaseco. Fue una celebración religiosa «de acción de gracias» por el regreso saludable del vecino.

Fuentes familiares señalan que apareció por si mismo y afirman que su desaparición pudo deberse «a que se hubiera despistado o caído por algún sitio».

Alfonso Roldán, que es sordomudo, retorno con el típico cansancio de las muchas horas pasadas por el campo y «un poco deshidratado». Las citadas fuentes manifiestan que conoce bien el término porque ha andado de pastor por algunos sitios.

Que haya salido con buen pie de una noche tan helada es algo que achacan a que el vecino iba vestido con ropa apropiada para aguantar algunos grados bajo cero, pero también a que tuvo la pericia suficiente para pasar la noche a buen recaudo y en espera del nuevo día.

El pueblo de Villaseco, junto con efectivos de la Guardia Civil, dedicó la jornada del sábado a buscar al vecino por diferentes montes y puntos del término, incluso de la zona del embalse y allí por donde más nos parecía que pudiera encontrarse. Todo el rastreo resultó baldío. Ayer su regreso también alimentó los comentarios de la población. Algunos ponían de manifiesto que había sido encontrado «porque había encendido fuego y fue visto por algunos de quienes le buscaban». Pero en casa afirmaban que regresó por si mismo.

Al parecer, Alfonso Roldán, pasó la noche por la zona conocida como «El Linar» y pernoctó «amagado entre unas peñas o por donde pudo» para amortiguar así las bajas temperaturas que mandan estas fechas. Este pago también oteado por un pequeño grupo de vecinos durante la búsqueda efectuada el sábado, pero Alfonso Roldán permanecía amagado de las temperaturas y de las miradas.